Tuesday, November 25, 2008

PREGÚNTALE AL POLVO


Una vez que lo tienes lo das por sentado, así que crece la tendencia a desaprovecharlo. En fin, que no tengo que reportarme día a día, ¿o sí? La cosa anda medio ajetreada. El jueves participé en un video para la clase de un tipo que no conozco--sin guión, sin directores, sin nada, puro improvisar... mi personaje: un bromista inmaduro--, el viernes ya no recuerdo, el sábado fui a la fiesta de mi sobrina consentida, el domingo platiqué con Ricardo--sin comentarios, aunque nos tomamos buenas fotos--luego de celebrar un mes con una de mis relaciones más turbulentas e indefinibles, ayer no recuerdo, y hoy fui a ver un video en CU, el que había hecho el jueves, pero llegué tarde y no me enteré de nada.
Me quedé platicando con un chico--Renato--que al final se enojó porque no quiero con él. Después fui a mi cita de los miércoles, que se recorrió para el martes, y mañana voy a visitar a mi otra familia, y sobre todo, asistiré a un a proyección en sala de cine de Suspiria, de Dario Argento, en el Teatro de la Ciudad (Donceles #?????, por metro Allende, a las 7pm).


Hay preguntas que me da hueva responder, SIEMPRE, y me parecen maneras pésimas de iniciar una conversación:
1. ¿Cómo te consideras?
2. ¿Qué buscas en una persona?
3. ¿Cuál es tu tipo ideal?
La respuesta es simple: no hay respuesta. No suelo trabajar a partir de abstracciones, lo siento, tengo poca imaginación, en especial en lo que se refiere a lo sentimental/amoroso. Quedaría mejor:
1. ¿Te gustan los chacales?
R. Sí, algunos son lindos.
2. ¿Te gustan los tipos encimosos?
R. Sólo cuando están borrachos.

3. ¿Te gustan las barbas?
R. Suelen hacer lucir mejor a cualquier tipejo.

De otra manera, no suelo tomar la iniciativa en una charla, en especial cuando alguien presiona para que te guste por la fuerza. No es no, y cuando hay dudas la cosa está destinada a fracasar.

¡Ah! El lunes por la noche preparé atole de chocolate. También estuve pensando en arañas, y tuve un sueño erótico de lo más extraño: acababa de bañarme y, por alguna razón, me quedaba afuera de la casa, sólo con la toalla (una rosa pequeña que tengo desde hace años), así que buscaba un lugar para poder secarme, llamando la atención de dos extraños... jaja, perversiones.

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