LOS TRENES RIGUROSAMENTE VIGILADOS

Concluye una etapa de vacaciones dentro de mis vacaciones permanentes: viajes, invocaciones, maldiciones, risas... de pronto me doy cuenta de que tengo una nueva perspectiva de las cosas.

Por cierto que este año he estado olvidadizo en cuanto a aniversarios. Ayer, por pura casualidad, volvì a ver Pesadilla en la Calle del Infierno 4, una pelìcula que, en definitiva, cambió mi vida.

Parece ridículo, lo sé, pero ha formado parte de mi ideario desde que tengo once años (y ya antes la había visto por pedazos, en la tele). Parecía auténtica, malvada, cómica, cruel, rocker, todo lo que un niño podría esperar de una pelñicula de terror.

Diez años después tomé algunos talleres de guión, decidí abrir la puerta a otros géneros, etc. Me volví más crítico, y despedacé la película con los dolores de la infamia: mal guión, pésima iluminación, diálogo absurdo, personajes insufribles, poca sangre.

Y volví a cambiar de opinión: mal guión, sets de telenovela, diálogo absurdo... y un clásico. Captura un momento irrepetible en el basurero de la cultura popular. Estilo sobre sustancia, y, sobre todo, una historia sincera de madurez y amistad: nada es para siempre, lo mejor que podemos hacer es rescatar las cualidades de todos aquellos que se cruzan en nuestro camino (y eventualmente morirán despedazados por pesadillas poco inspiradas) para superar miedos e incertidumbres.

Así, la película, estrenada en 1988, celebró su 20 Aniversario este 19 de agosto.
El plus: La secuencia de la cucaracha está ya en los libros de historia (y el beso interracial también está cerca, además del laberinto temporal que toma por sorpresa a los iniciados) y cualquier película que tenga a Blondie en el soundtrack (¡In The Flesh! Sonando en una rockola de cafetería estilo años cincuenta, en una escena crucial de pasiones y desilusión...) me tiene sonriendo, además de Pride And Joy de Joe Lamont (enigma que ayer resolví poniendo atención a la letra y retrocediendo la escena), que parece ser un fenómeno elusivo en la red, pues todos recuerdan esa otra escena de la cafeteriam pero la canción se esconde en algún oscuro archivero de mp3s.

Ya... Breve sumario: viaje a Zacatecas (¡sueño o pesadilla?), audiocintas, producciones, uniformes, intercambio de regalos (sharing is caring, jejeje), mafiosos y una película checoslovaca en blanco y negro que da tìtulo a este post. También vi mi primera figura de gis, utilizando toda mi audacia forense aprendida en televisón y resolviendo el enigma de la muerte en la Farmacia frente al billar L.A.

Ansío el inicio del Festival de Cine Macabro, en su edición número 7, a partir del 26 de agosto en la Cineteca Nacional.