Tuesday, November 06, 2007

EL DÍA DE LOS MUERTOS

Aprovechando esa cualidad ingenua y pagana, siempre me he tomado en serio el día de los muertos. Ya sea en una trajinera en un canal nocturno, o un maratón de películas ultraviolentas, o una excursión al cementerio subiendo montañas en busca de redención, he procurado hacer algo memorable en esta fecha.

















Retando al pecado, condenándome, urdiendo día a día un plan para escapar conociendo mi castigo. Ya sabía que esto era el fin, que en los últimos días ya nada me podía importar retar al peligro.










































































































Así que me llené de valor y falté al trabajo. Me reuní con mis amigos y salimos a la calle disfrazados. Más que un disfraz, nos pusimos atuendos que siempre quisimos usar, pero que por temor al ridículo no nos habíamos atrevido.


Tanta parafernalia me hizo pensar que es aquí donde quiero estar, en el mjundo real, en la calle, lejos de presiones imaginarias e innecesarias del restaurante. Ya había tomado la decisión de renunciar este viernes, y al parecer el plan marcha sin problemas.




Adoiro el maquillaje y los peinados exagerados. La ropa desgarrada y la música de hace treinta años. La sangre falsa y las amistades encarnizadas.




Veo las fotos y parecen stills de una película underground, superguarra y sin presupuesto

Canción del momento: Here Comes that Day, de Siouxsie. Del album Mantaray (2007)

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