Thursday, May 17, 2007

UN PEDAZO DE GUATEMALA EN MI...CORAZÓN



E. Quiero enseñarte este lugar maravilloso. Lo vas a pasar muy bien, seguro que sí.


Lo jalo del brazo y caminamos. Me detengo en seco, miro alrededor, preocupado: estoy perdido, no sé en dónde estamos.


G. ¿Estás seguro de a dónde nos llevas?


E. Estaba seguro...hace un momento.


Empiezo a reír, porque acabo de darme cuenta de mi error.


E. ¡Estamos caminando hacia la Glorieta de Insurgentes! El lugar queda del lado opuesto. Debí confundirme...je...


Claro, la explicación es que estaba completamente pasado de copas. Ya antes habíamos escapado de un restaurante. Entramos ahí, como si nada, y nos metimos al baño. Luego se escuchó mucho ajetreo, estaban buscando a los polizontes.


Nos escabullimos silenciosamente. Toda una manada, buscándonos, con radios y walkie-talkies y el arma cargada. Me refugié detrás de mi superhéroe, él nos sacó a salvo.


No me había dado cuenta de que era un lugar exclusivo. Cuando salimos vi que había una fila enorme y un cadenero agitando la cabeza en gesto negativo. No sé cómo nos metimos, debimos hacernos invisibles o algo así.


Había este lugar, donde seguro lo pasaríamos más cómodo. Quién diría que en la eterna línea de espera me encontraría con un viejo amigo.


L. ¿Quéhaces aquí, perdida?


E. Nada... quería que mi novio conocira este lugar.


L. ¿Novio?


E. Novio, amigo, ligue... da lo mismo.


Llegó el acompañante de L., que es quien siempre paga las entradas.


Gl. ¿Vienes solo?


E. No, vengo con mi novio.


Gl. ¿Y R?


¡Es verdad! Había olvidado a R --y también olvidé que, originalmente, ta narración estaba en presente--.


E. ¡Tenemos que hablarle! Creo que lo olvidé en el antro.


Gl. ¿Cómo pudiste haberlo olvidado? ¡Es tu hija!


E. Lo sé, es que iba entrando y me encontré a Guatemala.


Gl. ¿Está ahí en el antro?


E. Sí, lo más seguro es que sí... no me fijé, la verdad.


Gl. salió muy resuelto en busca de R. Yo me despedí de L. para volver on Guatemala.


E. ¿Y qué te parece México?


G. Bien. Vengo de Puerto Valarta, muy divertido.


E. ¿Y los mexicanos? ¿Qué tal?


G. Pensé que tenían bigotes y botas y que todos veían el Chavo del 8.


E. ¿Y es cierto?


Un pedazo de Guatemala en mi corazón, una despedida lluviosa, empañada por el recuerdo. Guatemala y yo pasamos un buen rato y luego volvimos por R. al antro. Cuando nos encontramos los tres, R. tuvo la descortesía de darle el número de celular a mi novio.


R. Este es mi número, llámame.


Nos despedimos. Besé a Guatemala en la boca, para marcar territorio, y luego caminamos en zigzag hasta nuestras casas.


R. ¡Está bien guapo!


E. Lo sé, chica, lo sé.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home